Te persigo cortesmente

No me verás parado

porque temo que me alcances.

Sin embargo te persigo

con la guía del perfume

que te sale de los codos.

 

Te acaricio en el vacío

por miedo de que

al tocarte, te conviertas

en verdad de la buena

y me digas que me ajuntas,

y que pase a ver

tu Pokeball color roja.

 

Me asusto de tu cepillo

de dientes en mi baño,

busco tus pelos en mi almohada,

para hacer con ellos

un gatito para acariciar

y enseñarle que ronroneo.

 

He mejorado en casi todo

con la esperanza de que,

si nos vemos, tú lo notes

sin que yo te lo enseñe

y alabes en mí el cambio

y te haga pensar que

quizás,

estuviste equivocada.

 

 

He querido muchas cosas.

Como cocinarte sin pereza,

limpiar los cristales

por si pasabas por mi calle

y amar lo que rechazo.

 

He sudado 12 veces

mis recuerdos junto a ti

y he bebido agua nueva

que me sabía a pura mierda.

 

Y después de todo,

me he dado cuenta de que

si no estás aquí,

si no me arrepiento

de abrazarte en el verano,

si no te miro de reojo el Wassap

por mis desgastantes inseguridades,

es porque tú no tienes nombre

igual que yo no tengo vida.

Deja un comentario